Verano
Sucedió un día, cuando dejó de pensar que la vida podía colorearse tan sólo de rosa. Cerró ese cuaderno desgastado que la había acompañado desde que su padre se lo regaló aquella navidad de 2008. Curiosamente pequeño, regordete, repleto de hojas en blanco y con un diminuto candado. Para tus sueños, mi princesa, había dicho entonces.Quince veranos con sus respectivos otoños, inviernos y primaveras habían dejado huella tras esos trazos de adolescente temprana que en sus primeras páginas dejaban adivinar a la mujer en la que se terminó por convertir. Caminó hacia la calle y en un bote de basura lo arrojó sin voltear siquiera. Vamos dando vuelta a la página, pensó y apurando sus pasos cruzó la estación del autobús. Podemos imaginarla agitando el cabello dorado hasta más allá de su cintura, meciendo sus brazos casi en trote marcial. Su bolsa verde militar, las botas a la rodilla y su camisa casual atada por un cintillo a la cadera le daban el carácter de saber tomar al toro por los cuernos...