Hubo una vez

Hubo una vez un tiempo en el que no me gustaban mis pies. Los sentía enormes, delgados y con dedos tan largos y tortuosos que daban miedo. No sé cuando fue que tomé conciencia de su fealdad, si yo sola me dí cuenta o fueron los comentarios obcecados de mi hermana mayor. Lo que sí recuerdo era que estaba en ese periodo entre los diez y trece años, al menos, cuando uno empieza a tomar en cuenta las opiniones de los demás para formarse una opinión propia de uno mismo. Así que escuché y comparé mis pies con los de mis hermanas. En verdad, los míos eran mucho más grandes y largos. Por esas fechas, empezaba a devorar libros, leía completito cada tomo de las enciclopedias. Las dos grandes enciclopedias eran la Nueva Enciclopedia Temática y la Enciclopedia el Nuevo Tesoro de la Juventud. En esta última había una sección que se llamaba "Narraciones interesantes". En esas lecturas, recuerdo haber leído la historia oriental de una joven que lloraba desconsoladamente por lo grandes que e...