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Mostrando entradas de noviembre, 2013

Almas humanas

Fin. Así termina la historia que ha contado Anita. Cierra los ojos, la niña se duerme. Ana apaga la luz pero en esa simiente de mujer se yergue furtiva una raíz regada de historias comprimidas del mundo. A la sombra de Alicia, Aurora, Blanca Nieves, Hansel y Gretel, la pequeña se nutre y recrea un futuro de príncipes a la vuelta de la esquina, de lobos en camuflaje, vampiros apasionados que prometen vida eterna, espera y bondad que aguarda, obediencia recompensada, impronta necesidad de ser amada y de servir de estatua inmaculada por la beldad y juventud en ella aprisionada. Los años han de servirle de experiencia hasta discernir a los 40 ó 50 cual equívoca tarea y comprender que los infantiles cuentos, a la luz madura se convierten en reflejos fieles de humanas almas.

Zombi

Es tarde y el tiempo me dicta. Cada palabra se forma fuera de mi cabeza. Presiento que algo interno obliga al movimiento de dedos sobre el teclado. Soy un simple medio, un instrumento, un mero formalismo. Zombi escritor, autómata, procesador de textos diligente. Un observador externo que vierte pensamientos surgidos de un yo irreconocible por mi yo interno que sólo acompaña sin prejuicio alguno a ese cuatrero usurpador de neuronas. Junto a mí está siempre y hoy ha ganado el control como en una partida de naipes o un juego de dados. Sol o sello. La moneda en el aire. Perdí y heme aquí a su lado. Silencioso, me convierto en cómplice. Pretendo no ser partícipe. Aquí no hay ideas mías, reconozco y, sin embargo, me parece que algunos reflejan mis pensamientos más recónditos. Él me conoce y sabe de las flaquezas contra las que lucho. Mis temores y aflicciones. Atento acompañante, solícito entrenador de conciencias. Soy sólo un medio, un mero formalismo para explicarme que no soy sólo uno sin...