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Mostrando entradas de abril, 2017

Un instante a dos vistas

Un instante a dos vistas Caminaba hoy por la mañana bordeando el río Culiacán, pisaban mis talones casi las 7 am cuando al voltear a la derecha la vi, señorona sobre la niebla, a ella, la luna desafiar al sol. Me ubiqué en el instante, el sol en el oriente, la luna al poniente y, río y yo mudos al centro de este brete. Noche y día, día y noche, y como río fui un instante gota a gota fluí tiempo, materia me supe líquida vital. Dejé el borde me incorporé en esencia a ese camino en movimiento y nos alejamos río y yo juntos pasando instantes mientras los astros en un mismo cielo peleaban el tiempo. 14/enero/2017 6:56 am Junto al río Culiacán

El hombre-niño

Andando por la calle este burro me encontré en mi interior un niño de repente despertó Lo miré con asombro y mis años olvidé Corrí hacia la cerca le hice muecas, lo llamé mientras reía. Su mirada se clavó en mí, él no vio al niño. No sonrió, dio un sonido de reprobación. Hombre soy de nuevo, el civilizador, que convierte campos en ciudades y se asombra al descubrirse destructor. Borriquito no rebuznes Deja de lamentar que ese niño de antes sea este hombre autoproclamado superior. No es culpa sino de un ego que vive en su interior. Cuando niño ni caso le hace, cuando crece...el niño duerme.

Culiacán abajo

Imagen
Correr entre los árboles Ribera de río Humaya, tu camino. Pájaros bordeando orillas vuelan bajo con remos de alas La Luz del Sol se cuela entre las ramas. Persigo tu sombra que cuelga de tus pantorrillas. La respiración profunda, jadeante se escucha y se mezcla con el viento. Acelero la marcha, el corazón a tambor batiente me acompaña. Mis ojos se fijan la meta mientras las rodillas tambalean. Sigo a tus espaldas, a compás pausado. Las ardillas se esconden aturdidas por la mañana. Las hojas secas entre las piedras crujen bajo las pisadas. Y el agua nos sigue, parece que ríe, se siente contenta cuando se acerca a la confluencia. Escucho el saludo, un choque de manos entre dos ríos que a diario se encuentran. Tamazula y Humaya festejan mientras corren Culiacán abajo. Y mi corazón te alcanza.

En la playa de Isla de Cortés

De azul brillante, la tarde donde las olas sin fatiga juguetean con reflejos. Bajo las sombrillas, dos pupilas fijas en el horizonte. Aguardan pacientes mientras el viento azuza al oído y en el cielo aparece. Dos alas extendidas amarillas, el pájaro mecánico planea, levita rozando la playa. El equilibrio natural por un instante se rompe. Los ojos siguen la trayectoria amarilla hasta que la pierden. Regresan, el par, a sus orígenes inamovibles. A contraluz vislumbran la figura del caballo surgida de las profundidades del océano. El hipocampo de Poseidón avanza en vertiginosa carrera y atrás le siguen cinco más. Hombres de pies alados les dan alcance y los montan. Rejegos los animales, se encabritan y dan brincos entre las olas. Más tarde se apaciguan, se conforman y bailan con pasitos cortos mientras el jinete se yergue. Vuelve el equilibrio a reinar en la Tierra mientras que se ignora la ira de Poseidón que llega silenciosa en forma de mar de fondo. Anega las playas, levanta sus ol...