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Mostrando entradas de 2019

Binaria

Estoy en el punto de equilibrio. Hago la balanza, lo bueno, lo malo. Hay paz y confio en que he cumplido. Dejé de hacer cosas por miedo, sí... fue mi elección. Tomé decisiones equivocadas, las hubo también acertadas. Si bien sopesadas, acción y reacción siempre valoradas. Estoy en el punto preciso del balance cero. Cargos y haberes, saldos, costo bruto, ni ganancia ni pérdida. No hay números rojos o azules. Suspendida en el instante como el colibrí hace cuando contrarresta la fuerza de gravedad. Como el campo magnético cero ejercido en el alambre por una paloma. Reconozco el valor preciso de la Paz. Un alma quieta, la brisa marina y olorosa, la sensación a tierra mojada, la mirada serena del mar en calma, el arcoiris sonriente tras la lluvia con sol de la tarde, el suave caer de una hoja, el vuelo del ave sobre un río, la llegada de las sombras tras el día, el trinar de pájaros por la mañana, las mejillas de los niños sonrosadas al calor del sol, la luna brillante y completa asomad...

Sin cuenta

Llegué sin darme cuenta, aunque los conté año con año, al final, perdí la cuenta y me quedé sin cuenta. Ni edad de oro ni cabello plata y menos quebrar la piñata. De diez en diez cinco veces y en tostón se convierten. Ni viejos los cerros se vuelven pues cada primavera reverdecen. Así que el ciclo se repite y quien nace en primavera no envejece, de experiencia dicen, enriquece. Se sube el último escalón sabiendo la bajada cercana. En romano, L igera, como una patita estirada dejo atrás el XLIX. Me rehuso a la cuenta y mejor me quedo sin cuenta, aprovecho mi nombre "nacida en primavera". Ya lo decía papá: más sabe el diablo por viejo... no importa entonces que no sepa porque no llegaré a vieja, aunque siga ganando experiencias por medio siglo más, si Dios asiente.