El beso

El beso

Ella en silencio espera la hora.
Él va y viene inquieto, mientras.
Ninguno nunca falta a la cita.

La luna, convertida en Celestina.
Observa la escena a hurtadillas.

Mazatlán, lugar de encuentro.

La doncella se aproxima.
Él se arroja en sus brazos.
Sus labios se unen en la oscuridad.
Dulce, de ella, el beso
Salado y explosivo, el de él.
Una y otra vez se funden.
Acompasados.
Cada noche son uno.
Sus aguas danzan.
Dulce y salado.
Mar y laguna, embelesados.

La despedida llega cuando el sol asoma.
Cuenta regresiva, desprenderse cuesta.
Cada uno guardará para sí algo del otro.
Los amantes se dicen, te veré pronto.
Reinicia la espera, el reloj de arena.

Surge la estrecha playa y los separa.
Las lenguas saladas repiten cuanto la ama.

Ella escucha callada y se siente amada.
El día se alarga con un sol que brilla.

Espera, ella en silencio, la hora.
Mientras, él va y viene inquieto.
A la cita ninguno nunca falta.

Pinta el sol los cielos de naranjas y rosados.
El ocaso cierne las aguas en el horizonte.
Viste de gala al amante de dorados.
Tiembla en ella la luna Celestina.

Hechizo mágico, su beso diario.
En Playa Brujas, laguna y mar se aman.
















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