Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2016

XXIII

Xóchitl de Xochimilco, Irradiante, Idílico e Inmaculado, XXIII primaveras, tu corazón. Yo lo  vi, la vez primera centelleante parpadear, convirtióse al instante en mi estrella guía principal. Claridad estelar al alba, juego de puntos inconexos es tu piel la mía tuya no es magia, ADN nada más. Es locura, realidad tú existes, pues te creas en la vana oscuridad luz liviana, me alimentas. Brioso corcel de pelo largo, voluntad indómita unicornio perseverante perseguidor de sueños. Ahí vas desbocado a galope juventud no es tarde, amanece apenas. Eres elección, libertad de acción, eres voto propio, una ideación. Bebé, niña, adolescente, joven mujer, te he visto crecer. Pozos de deseo, son tus ojos al que lanzo los te quiero. Gesticulas, carcajeas enarcas las cejas ¡ah que chica! fantaseas. Es temprano, no corras, el tiempo alcanza. Disfruta, sonríe, avanza y abraza, siempre hay momentos para la balanza. Llega el día al padre de ...

Cuando uno se muda de oficina.

Imagen
Cuando uno se muda de oficina después de casi veinte años, más que remover papeles y objetos se vienen encima flashazos de recuerdos. Nos sentimos pesados y, llenos de dificultad, sopesamos con atención el desprendimiento. Dejar atrás ese separador que de tan bonito no utilizamos nunca, revisar esos manuales en los que aprendimos el teje y maneje del software que utilizamos por tanto tiempo, y cuyo aprendizaje fue base para comprender los procesos. Esos que realizamos periódicamente y que, ahora son parte de nuestros procesos automáticos. Pensamos y, no sin razón, que sí faltamos, alguien más que llegue a suplirnos no tendrá que empezar de cero. Pero también, nos cuesta separarnos de las cosas porque nos acostumbramos a verlas día tras día. Han formado parte de nuestra historia laboral. Aquí la carpeta con el logotipo del congreso, mis notas de las conferencias, recuerdo la presentación tan nítida y el libro que me instó a leer. Tratamos de dar un hilo conductor pero los años se nos co...

El maestro

Entrelazó sus manos a sus espaldas, caminó despacio mientras a su lado, caminaban dos piernas cortas para alcanzarle el paso. Sus orejas atentas, el maestro hablaba y el alumno interpelaba. El camino era largo, a ratos descansaban a la sombra de un árbol, pero la conversación fluía entre preguntas y diálogos en los que el joven buscaba respuestas y encontraba preguntas. El maestro no lo sabía todo y, el alumno creía saberlo todo. El tiempo y las circunstancias, que todo lo cambian, hicieron posible que el alumno encontrara en el camino otros maestros, cada uno le abría la puerta a otros conocimientos y aunque más sabía, más preguntas se le ocurrían, un día cuando recorría la vereda se le emparejó un chico con el que empezó a compartir lo que había analizado y aprendido en los anteriores tiempos. Los ojos del estudiante se enternecieron al ver los ojos sorprendidos del chiquillo que a sus cuestionamientos respondía y preguntaba. Empezó a sentir una luz divina repleta de sabiduría que fl...

Corazón de madre

Corazón de madre                                   A mis hijos Virna Sofía y Guillermo Antonio La sangre corre por sus venas, impulsa el corazón cada partícula. Palpita con ritmo y sincronía. Ignora el cerebro esos milagros, el cuerpo autónomo trabaja y un capullo enraiza bajo el vientre. Evolución en marcha,  beso entre cromosomas. Código autoejecutable, natural inteligencia  combina los genes, ingentes ignorantes: sus padres. Cada mes, una pista, un reclamo de cuerpo. Una mujer con dos corazones. Palpitan con ritmo y sincronia, misma sangre corre por sus venas. Su cerebro lo imagina, lo piensa, lo sabe, lo quiere. Cede terreno,  comparte su cuerpo. Lo ama de siempre. Un día está listo, se desprende violento. Sus llantos escucha, recorta el cordón, se vuelve independiente. Solo un corazón de mujer en el cuerpo de nue...

Cap. 5. Dime que fue sólo un sueño.

Ir a Capítulo I ,  Capítulo II ,  Capítulo III ,  Capítulo IV ,   Capítulo V ,  Capítulo VI ,  Capítulo VII ,  Capítulo VIII ,  Capítulo IX ,  Capítulo X ,  Capítulo XI ,  Capítulo XII ,  Capítulo XIII ,  Capítulo XIV ,  Capítulo XV ,  Capítulo XVI ,  Capítulo XVII Dime que fue sólo un sueño. V No existe lo absoluto, el cielo se pinta de colores diariamente y los ojos adiestrados en el optimismo lo disfrutan. Dayana desayuna a la una del domingo, “clac”, su celular le anuncia un mensaje entrante de Marco. No lo atiende y piensa en él. Marco es el chico más agradable que ha conocido. Imitador nato, encuentra el momento oportuno para canturrear y sabe qué decir siempre en todo momento. Su sonrisa es la de un triunfador y su caminar singular de puntillas es como si flotara en un suelo formado por las nubes del cielo. Se balancea y curva su espalda que dibuja en su estrecha camiseta las vér...

Cap. 4 - Dime que fue sólo un sueño.

Ir a Capítulo I ,  Capítulo II ,  Capítulo III ,  Capítulo IV ,   Capítulo V ,  Capítulo VI ,  Capítulo VII ,  Capítulo VIII ,  Capítulo IX ,  Capítulo X ,  Capítulo XI ,  Capítulo XII ,  Capítulo XIII ,  Capítulo XIV ,  Capítulo XV ,  Capítulo XVI ,  Capítulo XVII Dime que fue sólo un sueño IV En búsqueda de la aceptación del otro, se corren riesgos, como olvidar que se es valioso por sí mismo. Lent estoy cansada. Ayer bailé con tantos hombres, me duelen los pies. ¿Podemos no atender la invitación? Además, mi humor no está bien del todo. Bailar con las tropas gringas cuando las relaciones con mi México son de tanta tensión. A veces siento que traiciono a México porque disfruto mientras en el pueblo donde crecí la gente está condenada a la pobreza. Quienes tuvimos la oportunidad de salir, lo hicimos y, ahora con esto de Texas y Santa Anna. Qué tal y me encierran a mí aquí. Basta Julia...

Cap. 3 - Dime que fue sólo un sueño

Ir a Capítulo I ,  Capítulo II ,  Capítulo III ,  Capítulo IV ,   Capítulo V ,  Capítulo VI ,  Capítulo VII ,  Capítulo VIII ,  Capítulo IX ,  Capítulo X ,  Capítulo XI ,  Capítulo XII ,  Capítulo XIII ,  Capítulo XIV ,  Capítulo XV ,  Capítulo XVI ,  Capítulo XVII Dime que fue sólo un sueño. III El hilo con el que cada cual teje su  vida tiene un fin, puede terminarse la madeja o ser cortado bruscamente. La mañana del domingo amaneció con una leve y cálida llovizna. Dayana abrió y entrecerró los ojos, la luz del día inundaba su cuarto. Mientras en su mente se decía, I wake from warm and today is still today, summer sun and quick rain , tomando esos versos descontextualizados para hacerlos suyos en un instante soñoliento. El sábado se había alargado y, en su prisa, había tomado ya varias horas prestadas al domingo. Dayana se estiró cual larga era, si alguien pudiera haberla vist...