Meditaciones de un aeronauta



Me encontraba suspendido entre la espuma de mares evaporados.
Perdía mi mirada hacia el horizonte, entre claroscuros y fugaces rayos solares.
Pensé en el contraste, en lo de arriba y en lo de abajo.
Espejos naturales, vastos mares líquidos contra gaseosos cerros acojinados.
Azul reflejo del océano, cielo aprisionado por las aguas.
A mi mente acudieron las palabras de tinta de revista recién ojeada.
La particular visión del mundo tras saltar de la Tierra.
De sólido a gas ambiente, líquido mi pensamiento transcurre sin tiempo.
Habito y no habito este instante, de tiempo, de espacio, estoy en movimiento.
Partícula indómita, mi cuerpo, sólido transita en la atmósfera.
Soy agua, aire, átomo de materia pensante con tribulaciones, mi anclaje.
Barco con alas surcando olas bramantes movidas por vientos cambiantes.
Indecisión de extender velas, veleta huracanada, brújula pérdida.
Aprovecho y medito, oro ahora en vuelo directo.
Raíces al aire, buscan terreno para adherirse, hábitat natural.
Habrá que aprender a fluir, dejarse llevar, confiar, abandonar el control.
Aero o hidro, ¿cuál prefijo o sufijo? dejar atrás carga y peso, liviandad añorada.

Implosión atómica, energía liberada, partícula libre, radicalizada.
Floto, transito, suspendido entre mares evaporados.

Azul reflejo, no pienso, no existo, soy todo cuando me he convertido en nada.

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