Cap. 17 Dime que fue sólo un sueño.

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Dime que fue sólo un sueño.


XVII

Mujer, sonríe si tienes el valor de cambiar tu destino.

Frente a la ventana, de espaldas a la televisión, Dayana escucha las noticias del doce de febrero de 2013. Julia ha regresado del exilio a su tierra natal. Mientras sus ojos se pierden más allá de los cristales, en su mente se repiten los versos, that our marriage is made /   of malice and money, se transmuta un segundo cerrando sus ojos y empáticamente toma forma dentro del cuerpo de esa mujer que estuvo ciento cincuenta y tres años vagando en el sueño de la muerte. Tiempo en el que Juárez gobernó; Maximiliano y Carlota se asombraron del México exótico que vinieron a dirigir, el México convulso de esos años de invasión francesa, del imperio, del abrazo a lo europeo; de las traiciones; del México revolucionario; de la guerra civil española; de la Alemania Nazi; de la segunda Gran Guerra; de la Guerra Fría; del inicio y ocaso comunista…

Ella estuvo así, como ahora lo está Dayana sumida en ese cuerpo sintiéndose una estatua de piedra, I had become hard / as the temple stones, permaneciendo de pie, standing so still as if   /  to stand forever, por siempre, porque la mujer es voluntad. Un pequeño temblor en su cuerpo y la sonrisa de Dayana capturada durante la lectura de aquella frase, Mujer, sonríe si tienes el valor de cambiar tu destino, apareció en el cuerpo embalsamado que viajaba dentro de un ataúd blanco hacia las profundidades de la sierra del norte de Sinaloa. Por favor, escuchó Dayana, dime que fue sólo un sueño.

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